23 de junio de 2013

La Paz de Utrecht y el equilibrio de Europa

Este año se celebra el 300 aniversario de la Paz de Utrecht, hito histórico de gran relevancia para España y Europa, ya que significó el fin de la dinastía de los Austrias y la llegada de los Borbones a España.


Representación de la firma del Tratado de Utrecht

Al mismo tiempo, los acuerdos de Paz firmados bilateralmente entre las distintas potencias que participaron en la Guerra de Sucesión Española –todos ellos ajustados a lo largo de los años 1713-1715 en Utrecht, Rastatt y Baden–, perfilaron un nuevo orden europeo que supuso una de las modificaciones de fronteras más importante de toda Europa en la Época Moderna. 


A nivel internacional la Paz simbolizó un antes un después para España, habida cuenta de la notable pérdida de importancia y peso específico de la monarquía de España, perdiendo ésta importantes posesiones territoriales en los Países Bajos, Italia e incluso en España, simbolizadas por Gibraltar y Menorca.

La Polémica: La muerte de Carlos II sin descendencia sería el desencadenante de todos los sucesos. Carlos II, apodado como el Hechizado, no dejaba de tener enormes problemas físicos, algo que se aprecia muy bien en este retrato. Su escasa educación o su poco interés por gobernar tampoco han ayudado a desmitificar su figura. Independiente, Carlos pudo vivir casi 39 años, y a pesar de su debilidad física enterró a su primera mujer.


A nivel interno España sufrió importantes cambios, que el léxico político y periodístico de hoy en día podríamos denominar “Reformas Estructurales”. Reformas encabezadas por la Nueva Planta, o el sistema de Intendencias que modificaron la estructura política y territorial del reino, que quedó impregnada de un corte francés mucho más centralista. Dichas transformaciones de base suponían un notable cambio con respecto al pactismo que representó el final de la época de los Austrias,que en cierta manera respetó mucho más a los reinos históricos, y especialmente con la Corona de Aragón. 

La efemérides que este curso quiere rescatar, no deja de ser un hecho de enorme relevancia. Esto hace que lógicamente a lo largo de este año otras universidades hayan optado por realizar congresos o reuniones científicas centradas en el mismo tema o que tengan un título parecido. Si bien en el caso catalán alguno de estos congresos ha generado –debido al nacionalismo– una enorme controversia y transcendencia en los medios de comunicación; por nuestra parte nuestra intención no es crear polémica, sino establecer un marco de entendimiento y conocimiento, centrándonos en las novedades e investigaciones que se pueden sumar a lo que ya sabemos. 


El sucesor: Según el último testamento de   Carlos II, 
el heredero de la Corona Española era Felipe V,  nieto de Luis XIV de Francia,
 por el que corría por vía paterna sangre española, al ser nieto de María Teresa de Austria,  y bisnieto de Felipe IV y Ana de Austria.
De esta manera el punto fuerte de este curso de verano con respecto a los que se ofrecen en otras universidades es ese, que la investigación y la novedad son el leitmotiv que vertebra este ciclo de conferencias.

En este sentido, aún hoy conocemos mal la coyuntura previa que llevó a la Guerra de Sucesión, ante los escasos estudios dedicados a las relaciones políticas e internacionales durante el último rey de los Austrias y la implicación de los Tratados de Repartición.  
Por todo ello parecen muy pertinentes los objetivos a tratar en este curso, ya que especialmente darán pie a posteriores eventos o consideraciones sobre la misma Paz de Utrecht.

La palabra decadencia ha sido siempre el término usado para definir el reinado de Carlos II, término que aunque en algunos puntos pueda ser más un tópico que una realidad, no deja de ser plausible especialmente si comparamos esta etapa con las anteriores, o con el siglo XVI, periodo en el que los gobernantes españoles eran los más poderosos de la tierra. 

Con sus luces y sombras el reinado de Carlos II no deja de ser un gran desconocido ante el poco atractivo que puede gozar una época tan poco positiva para la historia de nuestro país. Pese a ello –y precisamente también por ello–, consideramos que uno de los puntos más importantes a tratar debería ser la política exterior del último rey de los Austrias, tema por otro lado muy desconocido. 

        El pretendiente: Hijo del Emperador Leopoldo I, el Archiduque Carlos 
se postuló al trono español, ya que igualmente su abuela era la española 
María Ana de Austria, hija de Felipe III. Su exclusión del Testamento de Carlos II 
ponía de manifiesto el profundo distanciamiento que se había producido entre ambas ramas de los Habsburgo a lo largo de la segunda mitad del siglo XVII. 
En este periodo se configuró una red de alianzas, en la que participaron la mayor parte de las potencias europeas (España, Inglaterra, Holanda, el Emperador,…), yque tuvo como claro objetivo frenar el expansionismo francés y contrarrestar el poder del Rey Sol. 


El objetivo no fue ayudar a la Monarquía Hispánica a mantener la integridad de sus posesiones europeas, sino equilibrar el poder en Europa para que ninguna potencia pudiera ostentar la hegemonía política en el continente. 

Una de las intervenciones más interesantes de este curso de verano será la de Luis Ribot, Catedrático de Historia Moderna de UNED y Académico de la Real Academia de la Historia. Como gran conocedor de ésta época, Luis Ribot nos hablará del Testamento de Carlos II, origen de todo el conflicto que poco después se produciría, y verdadero punto de partida de la Guerra de Sucesión Española. Sin duda este ha sido uno de los testamentos reales más polémicos de toda la historia, y uno de los pocos que desencadenaría una guerra verdaderamente mundial y no sólo civil o interna.


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