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Con
esta pregunta inicial comenzaba Julián Lopez García, profesor titular de
Antrolopogía social y cultural en la UNED, su ponencia Amor, sexo y comida,
lección inaugural del curso Creencias, representaciones y comportamientos:
sexualidad, reproducción y vida social, primero de los Cursos de Verano de la UNED en Guadalajara.
Y casi con la comida aún en la boca, el profesor Jesús de Andrés, daba la bienvenida a todos los asistentes e inauguraba el curso en su primer acto académico oficial como director del centro asociado de Guadalajara.
Amor,
sexo y comida
De
vuelta a los fogones, el profesor López García interrogaba a los presentes si
alguien ponía en duda que comer y hacer el amor eran cosas similares. Por si
acaso alguien lo dudaba, a lo largo de su exposición señalaría la similitud de
ambas acciones.
Pero
si bien la comida y el sexo tienen una relación íntima, qué relación hay entre
amor y comida. Sencillamente, el amor para la mayoría de las culturas del mundo
no se hace inteligible sin el sexo. Entender el amor es entender su
vínculo con el sexo.
¿Y
cuál es el símbolo básico del amor? El beso, por lo menos en occidente,
y el beso, prosiguió es un acto culinario ya que en él “se emplea la
boca, se activa la lengua y no solo es un acto representativo: se ingiere algo
del otro (la saliva)”.