1 de julio de 2014

¿Acaso el beso no es un acto culinario?

                                                       
Con esta pregunta inicial comenzaba Julián Lopez García, profesor titular  de Antrolopogía social y cultural en la UNED, su ponencia Amor, sexo y comida, lección inaugural del curso Creencias, representaciones y comportamientos: sexualidad, reproducción y vida social, primero de los Cursos de Verano de la UNED en Guadalajara.


Y casi con la comida aún en la boca, el profesor Jesús de Andrés, daba la bienvenida a todos los asistentes e inauguraba el curso en su primer acto académico oficial como director del centro asociado de Guadalajara.

Amor, sexo y comida

De vuelta a los fogones, el profesor López García interrogaba a los presentes si alguien ponía en duda que comer y hacer el amor eran cosas similares. Por si acaso alguien lo dudaba, a lo largo de su exposición señalaría la similitud de ambas acciones.

Pero si bien la comida y el sexo tienen una relación íntima, qué relación hay entre amor y comida. Sencillamente, el amor para la mayoría de las culturas del mundo no se hace inteligible sin el sexo. Entender el amor es entender  su vínculo con el sexo.

¿Y cuál es el símbolo básico del amor? El beso, por lo menos en occidente, y el beso, prosiguió es un acto culinario ya que en él “se emplea la boca, se activa la lengua y no solo es un acto representativo: se ingiere algo del otro (la saliva)”.

El beso es un acto plenamente humano, de ahí que comida, sexo y amor (palabra) estén vinculados por la boca.
Julián López durante su ponencia

La relación entre  comer y relaciones amorosas no solo las podemos encontrar en rituales y en la literatura, también en la tradición popular: se comparte la comida y se comparte el amor y su nexo común no es otro que el placer: la comida es un placer y el sexo es un placer. En muchas sociedades es evidente la esencia de lo que denominan el placer compuesto, el formado por sexo y comida.

La convergencia entre ambos es tan estrecha que se utilizan los mismo sinónimos en el sentido amoroso-sexual y en el sentido culinario: se habla de apetencia, de gustar ; “salir a cazar” es un asunto de comida pero también de sexo, o el término carne  que nos remite a comida pero también a sexo.

En las retoricas populares occidentales y desde una perspectiva masculina y que más frecuentemente están utilizando las mujeres respecto a ciertas relaciones sexuales se les denomina:  magrear, darse el filete, darse el lote.

O el término tocar o sobar, señaló como la  imagen más elocuente,  la acción de sobar la masa del cereal , cuanto más sobada esté la masa mejor estará el pan  y su equivalente  simbólico estaría  en sobar las carnes corporales: cuánto más sobada esté una carne,  más rica estará esa comida sexual.

También se puede acariciar un plato como se acaricia un cuerpo: tratarlo a fuego lento con mimo, cuidando la cocción y luego comérselo lentamente.

En el Puerto de Veracruz, el término chiquitear una botella de licor o a una mujer: significa tomarla despacio, saboreándola, gozándola con calma y suavidad.

Para comida y sexo las manos son importantes, nos  ayudan a hacer la comida o a sobar, pero la boca: es el locus donde convergen comida y alguna forma de amor y sexo.

El cuerpo amado se puede morder como se puede morder una comida: muerdo, chupetón más allá del signo de la convergencia a determinadas edades se convierte en un signo, en la adolescencia: el que da un muerdo va a recibir un bocado y se va a notar, muerdos que se ocultan a los mayores pero que se pasean a los amigos.

Comerse al otro es un símbolo retorico, es poseerlo sexualmente, acabarse un plato dejar satisfecho al otro. En francés, el término consomé significa consumir un plato, pero también consumar un acto sexual.

Según Levy-Strauss, echar leña al fuego en términos culinarios significa facilitar la cocción, pero sexualmente también significa incrementar la acción y la pasión sexual, por lo tanto su significado genérico sería  calentar un cuerpo o una comida.

En cuanto a los ingredientes, ejemplos como la sal adquieren otro significado: “ser salado” sería una expresión metafórica  del gusto por el otro, pero más allá de la metáfora, la sal es un ingrediente real en la relación sexual: la saliva, el sudor, las lágrimas, el semen, y el flujo vaginal son todos salados.

En castellano contabilizó más de cien términos que tienen un doble significado entre productos alimenticios y órganos sexuales: pepino, plátano, espárrago, alcachofa, almeja, ostra, tigre, conejo, gallo, castaña, higo, pera, membrillo…

Todas estas ideologías que todas las sociedades construyen van a constituir para la Antropología un reto importante: “Ya no se puede hacer trabajo de campo en las sociedades más reducidas que son las parejas, es muy difícil ya que  ninguna pareja dejaría que un antropólogo hiciera observación participante debajo de su cama y de ahí la importancia de estas terminologías”.

1 comentario:

  1. Muy bueno el articulo escribo ya que estoy por estudiar en esta web https://modulosgrado.com/Modulo-grado-superior-Direccion-de-Cocina.html el curso de dirección de cocina, pero no sé si es confiable. ¿Alguien conoce?

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